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Francisco José de Caldas, dos títulos académicos

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Hace tiempo, publicamos una entrada del blog sobre Caldas jurista. Hace poco, nos llevamos la sorpresa de ver reproducidos sus diplomas de grado, por el Archivo Histórico Nacional del Ecuador. Durante toda la Colonia, los estudiantes del Rosario hacían todos los cursos en el Claustro y luego iban a graduarse en la Universidad Tomística. Esta y la Javeriana eran las únicas que tenían privilegio para conferir grados.

Hemos adquirido copias digitales de los documentos y, por su importancia histórica, los traducimos a continuación:

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Archivo Histórico Nacional, Ecuador: INV – CS. CIV. 42, 28 p. 1.

En el nombre de Jesucristo, de la Virgen del Rosario y de nuestro Doctor Angélico santo Tomás de Aquino, amén.

El rector y la Universidad, fundada por autoridad pontificia y regia en el Colegio de la Orden de Predicadores de Santo Tomás de Aquino, de la ciudad de Santafé de las Indias occidentales, a quienes vieren y oyeren leer este diploma, desean la Salvación en el Señor. Como la propia razón de la equidad pida con derecho que, por las gloriosas virtudes, méritos literarios y esfuerzo diligente en conseguirlos, se conceda el ilustre premio del honor y la dignidad, a todos los que interesare damos a conocer, por el tenor del presente, que el honorable señor, puro de toda mancha de sangre, descendiente de legítimo linaje, don José Francisco (sic) Caldas y Tenorio, por sus certificaciones, en que consta que oyó tres cursos en Filosofía, aprobados en esta Universidad y llenos los demás prerrequisitos, recibió en este Colegio el grado e insignias de bachiller en Artes liberales, según su costumbre, con la solemnidad acostumbrada, en 1789 y seis de febrero.

Confirió el dicho grado el reverendo padre maestro fray Julián Barreto, dominicano, rector del Colegio y la Universidad; luego que profesara la fe católica, tocando los Santos Evangelios solemnemente, y prestara los acostumbrados juramentos, sobre todo de guardar y proteger la doctrina contenida en la decimoquinta Sesión del Concilio General de Constanza[1], según el documento regio de nuestro señor Carlos III, supremo rey de las Españas y las Indias. En cuya fe, ordenamos dar el presente diploma, protegido por nuestro nombre y el sello de la Universidad, firmado por el secretario, al mismo don José Francisco (sic) Caldas y Tenorio, en la dicha ciudad de Santafé, el día seis de julio de 1792.

 

[Firmado]

Fray Julián Barreto, maestro rector y regente

Registrado: Libro 5, folio 24

[Firmado]

Fui presente, Dr. Antonio Martínez Recamán[2].

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Archivo Histórico Nacional, Ecuador: INV – CS. CIV. 42, 28 p. 2.

 

 

Los datos variables del segundo diploma son:

-Solo una vez aparecen los nombres invertidos: José Francisco, arriba; Francisco José, abajo

-Oyó cinco cursos en Jurisprudencia

-Fechas mencionadas: ocho de enero de 1792 / siete de julio de 1792

-Registro: Libro 6, folio 19.

 

¿Artes liberales?

Esta denominación se presta a equívocos, por el sentido contemporáneo que tiene cada término por separado. Incluso también el de ‘filosofía’ requiere algún comentario.

Para los griegos del tiempo de Solón (s. VII-VI a. C.), había una distinción clara entre educación del cuerpo (γυμναστική: gymnatikḗ) y del alma (μουσική: musikḗ). De esta última, derivan las que luego se conocieron por artes liberales. Aristóteles (s. IV a. C.) las definió como la educación intelectual y moral propia del hombre libre, en oposición a lo técnico-práctico. Los autores griegos no fijaron el canon ni el orden, pero es visible un ciclo lingüístico (Gramática, Retórica y Dialéctica) y otro científico (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). Este currículo griego pasó a los romanos y, en tiempos de Varrón y Cicerón (s. II-I a. C.), era la base de la formación del hombre libre, conocido ya como artes liberales, studia liberalia, liberales disciplinae o liberales scientiae. En el currículo de Varrón, a las siete mencionadas se añadían Arquitectura y Medicina. San Agustín (s. IV-V) y otros autores cristianos reciben de la Antigüedad griega y latina el programa de las siete artes. Boecio, por su parte, parece haber introducido las denominaciones trivium para el primer ciclo y quadrivium para el segundo, contenido de la instrucción cristiana medieval.

Trivium y quadrivium se conocieron con ciertas equivalencias: Artes o Artes sermocinales (artes del discurso) para el primero; Artes reales o simplemente Matemáticas para el segundo. Esta división, en artes literarias y ciencias, conserva la idea antigua. Las artes liberales, cuya culminación es el estudio de la Filosofía, son la base en que descansa la universidad europea[3].

 

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Antonio de Mur Soldevilla participa en la oposición a la cátedra de Artes liberales, en 1686.

 

En los documentos del Archivo Histórico está bien documentado el uso de “artes liberales”. Revisando la oposición a dicha cátedra en 1686, parece haber una diferencia de uso entre los opositores (aspirantes) y las autoridades del Colegio: aquellos suelen decir “artes liberales”, mientras que estas abrevian en “artes”.

Volviendo al primer diploma de Caldas, se le concede el bachillerato en Artes liberales, por haber ganado tres cursos en el Colegio seminario de Popayán. En el Rosario, hizo cinco cursos de Jurisprudencia en tres años (1788-90).


[1] Donde se ventiló el asunto del tiranicidio, el seis de julio de 1415.

[2] Juan Antonio Martínez Recamán de la Granja, colegial del Rosario el seis de octubre de 1766. AHUR, caja 107 ff. 164-77.

[3] Harry Thurston Peck, Harpers Dictionary of Classical Antiquities. Harper and Brothers, New York, 1898. En línea, consultado el 29-10-2025.