
Redactado por: Mayra León Dirección de Comunicaciones y Reputación Institucional
Los resultados de este estudio, publicado en la revista Journal of Humanitarian Logistics and Supply Chain Management, (https://doi.org/10.1108/JHLSCM-04-2021-0040) destacan la necesidad de optimizar la ubicación de hospitales y centros de salud para mejorar la respuesta en caso de un terremoto de gran magnitud.
"Este estudio representa un avance importante en la integración de herramientas tecnológicas de análisis de escenarios y modelos matemáticos aplicados a la gestión de desastres. Relocalizar estratégicamente las infraestructuras de salud no es solo una medida de eficiencia logística, es una acción directamente vinculada a la reducción de muertes evitables tras un terremoto", afirma el Dr. Alexander Garrido, profesor de la Escuela de Ingeniería Ciencia y Tecnología de la Universidad del Rosario y experto en logística y sistemas resilientes.
El estudio combina modelación matemática avanzada, análisis de escenarios sísmicos y un proceso analítico en red (Analytic Network Process - ANP), un método de decisión multicriterio que estructura problemas complejos en una red de criterios y alternativas. Esta metodología permite definir la mejor distribución de infraestructuras sanitarias en la ciudad.
Los investigadores Fabián Pongutá y Oscar Buitrago, coautores del estudio, señalan: "los de ciudades con alta densidad poblacional. Si no se replantea la localización y modernización de la red hospitalaria en zonas de riesgo, el costo en vidas humanas podría ser incalculable".
El análisis revela que muchas instalaciones médicas de Bogotá se encuentran en zonas de alta densidad poblacional y fueron construidas con estándares sísmicos obsoletos o insuficientes. La falta de planes de relocalización adaptativos y el crecimiento urbano desordenado incrementan el riesgo de colapso de infraestructuras críticas, afectando la capacidad de respuesta en emergencias.
El estudio propone un mapa optimizado de localización de instalaciones de salud, priorizando las zonas más vulnerables para maximizar la cobertura y reducir el tiempo de traslado de heridos. Esta metodología es replicable en otras ciudades de América Latina expuestas a eventos sísmicos.
Si bien la investigación plantea una solución técnica viable, deja una pregunta clave abierta: ¿está Bogotá preparada para tomar decisiones audaces que puedan salvar miles de vidas en caso de un gran terremoto?