El encuentro reunió a familiares de las personas fallecidas y desaparecidas durante la toma y retoma del Palacio, así como a académicos, autores e investigadores que han dedicado su labor a preservar la memoria, promover la verdad y reflexionar sobre el impacto de estos hechos en la democracia y la justicia colombiana.
“Este evento conmemorativo debe ayudarnos a reflexionar sobre cómo construir una sociedad pacífica y deliberante, en la que entendamos y celebremos las diferencias y la forma plural de actuar y de pensar. Es nuestra responsabilidad construir un mundo mejor para nosotros y para las generaciones venideras, en especial en un momento en el que los discursos radicales y las guerras parecen imponerse en muchos lugares del mundo”, expresó Ana Isabel Gómez, rectora de la Universidad del Rosario.
Un espacio de diálogo y memoria
El evento inició con un saludo protocolario a cargo de la rectora de la Universidad del Rosario Ana Isabel Gómez y del consiliario Dr. José Roberto Herrera, quienes resaltaron la importancia de crear espacios de reflexión en torno a la historia nacional, especialmente para las nuevas generaciones de estudiantes que no vivieron directamente estos hechos.
El primer panel, moderado por la Dra. Cristina Pardo, decana de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario y Alejandra Oviedo, contó con la participación de Carlos Medellín, Gustavo Gnecco, Helena Urán, Camilo Calderón y Rosa Milena Cárdenas, hijos e hijas de personas fallecidas o desaparecidas en los sucesos del Palacio de Justicia. Durante la conversación, los panelistas compartieron sus experiencias personales, sus formas de hacer memoria y sus perspectivas sobre la búsqueda de justicia, verdad y reparación.
“Es fundamental que todos recordemos estos hechos, pues solo así podremos evitar que tragedias como esta se repitan. El atentado contra el Palacio de Justicia no fue solo un ataque contra la soberanía y la independencia judicial de la nación, sino también contra las personas que perdieron la vida y contra sus familiares”, indicó la Dra. Cristina Pardo, decana de la Facultad de Jurisprudencia.
“Sin duda, la herida que dejaron los hechos del Palacio de Justicia sigue abierta por muchas razones. Primero, porque la verdad aún no se conoce en su totalidad. Segundo, porque las víctimas no han recibido justicia ni reparación. Tercero, porque aún hay personas que siguen siendo víctimas: los delitos no han sido esclarecidos y las desapariciones continúan siendo una herida pendiente. Lamentablemente, la gran lección que debimos aprender de aquella tragedia, aún no se ha aprendido”, afirmó Gustavo Gnecco, exmagistrado titular de la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia de Colombia.
En una segunda parte, el diálogo continuó con un panel integrado por los autores del libro sobre la Comisión de la Verdad de los hechos del Palacio de Justicia: los doctores José Roberto Herrera, Nilson Pinilla Pinilla y el profesor Juan Esteban Ugarriza. El panel fue moderado por Lina Muñoz, profesora de la Facultad de Jurisprudencia, y María José García, estudiante de la misma unidad académica. Los panelistas reflexionaron sobre las causas, los hechos y las consecuencias de la toma y retoma del Palacio, considerando el suceso como parte del conflicto armado colombiano y su relación con la violencia del país, para proponer caminos hacia la reconciliación.
“La misión que recibimos de la Corte Suprema de Justicia fue de carácter académico e histórico: estudiar las posibles responsabilidades institucionales —no individuales—, veinte años después de ocurridos los hechos, cuando la verdad había sido borrada y resultaba difícil rescatarla del olvido”, expresó el doctor José Roberto Herrera, consiliario de la Universidad del Rosario.
“A pesar de las grandes dificultades, emprendimos esa tarea, conscientes de que gran parte de las evidencias había desaparecido. Ese fue y sigue siendo uno de los mayores problemas del caso del Palacio de Justicia: no solo desaparecieron muchas personas, sino que la primera en desaparecer fue la verdad. Y ahora, una vez más, pretenden hacerla desaparecer”, agregó.
Adicional, el doctor Herrera señaló: “Realizamos nuestro trabajo con modestia. Tuve la valiosa compañía de Nilson Pinilla y Jorge Aníbal Gómez, ambos destacados penalistas, pero como investigador compartí con ellos una labor en igualdad de condiciones”.
“Desde el inicio nos trazamos una meta: el consenso. Ninguna de las afirmaciones o conclusiones del informe es fruto de la imaginación individual, sino del análisis crítico y riguroso de todos los aspectos estudiados. Procuramos que cada conclusión estuviera sustentada en evidencias sólidas, principalmente en testimonios creíbles de las víctimas. Lo más sorprendente fue la coincidencia entre muchos de esos relatos: más de cien testimonios que, pese a provenir de voces distintas, contaban una misma verdad”, dijo.
La memoria como compromiso universitario
Con esta conmemoración, la Facultad de Jurisprudencia y la Universidad del Rosario reafirman su compromiso con la preservación de la memoria histórica, la defensa de los derechos humanos y la formación de ciudadanos conscientes de los hechos que han marcado la historia nacional.
A través de espacios académicos como este, la Universidad promueve la reflexión crítica y el diálogo intergeneracional, reconociendo que recordar no solo es un acto de justicia, sino también una herramienta para construir un futuro más humano, democrático y en paz.